LEOPOLDO MARTÍNEZ

Siempre tuviste los pies en la tierra y sabías muy bien lo que quisiste hacer en la vida, trabajaste desde niño teniendo carencias pero aún así nunca dejaste de luchar por tus sueños, viniendo de una familia humilde pero que siempre te enseñaron valores, creciste a lado de tus abuelos maternos Jesús y Conchita, quienes te trataron como a un hijo y gracias a ellos estuviste rodeado de las locomotoras las cuales te fascinaban y que por ellas tuviste muchos recuerdos a lado de tu abuelo Jesús González.


Desde niño estuviste interesado en la música, perteneciendo a un coro de una iglesia lo que te encaminó a una etapa donde fuiste monaguillo, y que gracias a ello, conociste a José Mojica destacado actor, cantante y sacerdote quien fue tu primer maestro de canto. Tu esfuerzo con el paso del tiempo te fue dando satisfacciones y un día llegó el momento en que tu padre, mi abuelo, te ofreció ingresar a una empresa donde él era un destacado Ingeniero.


Cuando ingresaste a TELMEX y recibiste tu primer sueldo lo primero que hiciste fue llevar a mis abuelos a comprar ropa, y una chamarra que le gusto a mi abuelo tú se la compraste de corazón, sin embargo al poco tiempo tuviste que hacerte cargo de mi abuela y de mis tíos, como el jefe de la casa por la muerte de mi abuelo, algo muy difícil ya que tenías que seguir estudiando y llevar el sustento a la familia pero lo lograste, siempre saliste adelante.


Con tanto esfuerzo y sacrificio te compras tu primer auto, y te llevas la sorpresa que la persona que te lo vendió fue Juan S. Garrido, un gran compositor pero sobre todo una persona muy sencilla contigo, a quien invitaste a comer pozole a tu casa junto a mi abuela, una de tantas anécdotas que tuviste pero nunca te imaginaste que el destino te pondría de nuevo a ese magnífico compositor de la canción Pelea de Gallos.


Tu sueño era ser médico, pero con el paso del tiempo tuviste que tomar una importante decisión, dejaste de estudiar en la Universidad Nacional Autónoma de México, ya que tu prioridad era tu familia. Pero el tiempo te iba a gratificar porque gracias a ese sacrificio, mi tío Hilarión y mi tía Inés culminaron sus estudios y estabas muy orgulloso de ellos. El tiempo seguía transcurriendo, y mientras cumplías con tu horario del trabajo, en lugar de ir a descansar, salías a cantar, era el pan de cada día pero te encantaba hacerlo.


Siempre estuviste al pendiente de tu madre, era tu todo, era uno de los motivos por los cuales siempre buscaste lo mejor para ella pero lamentablemente un 31 de diciembre llega un duro golpe para tí, su partida te afecta mucho pero sabes que es la ley de la vida y seguiste adelante aunque ya no iban a ser las cosas como antes. Tu camino se iba abriendo en el medio artístico, te estaba dando frutos ya que la vida te puso en tu camino grandes personas quienes con el paso del tiempo te ganaste su cariño y respeto como Martín Plata, José Alfredo Jiménez, Luis Aguilar, Lucha Villa y tu gran amigo con quien tuviste muchas anécdotas David Záizar.


Todo parecía volver a la normalidad, sin embargo, mi tío Hilarión se enferma, tu hermano con quien tuviste muchos momentos inolvidables no logra ganar la batalla y se va de tu lado a un lugar mejor, en ese momento vienen a tu mente muchos recuerdos, uno de ellos cuando de niño lo llevaste a conocer la playa, esa cara de felicidad que viste en tu hermano nunca la olvidaste y lo contabas como si hubiera sido ayer, parecía que estabas viviendo de nuevo ese momento.


Llega a tu vida una etapa donde cambiarían las cosas, porque al ser padre te reencuentras con el niño que fuiste, aprecias lo que en su momento tus abuelos, y tus padres hicieron por ti. Te das cuenta que ser padre es sacrificar mucho sin importar todo lo que pierdes, porque todas esas carencias que tuviste, no quisiste que cada uno de tus hijos las pasaramos, eso te hizo ser una magnífica persona, te hizo ser nuestro héroe, nuestro ángel.


Cantaste en muchísimos lugares, desde centros nocturnos, palenques y hasta en programas de televisión, uno de ellos el programa Siempre en Domingo donde abriste con Pelea de Gallos y te llevas una gran sorpresa, el compositor Juan S. Garrido estaba en primera fila y al finalizar tu presentación se te acerca felicitándote por tu interpretación de su composición. Eras muy felíz presentándote en El Guadalajara de Noche, el Tenampa o la Taberna del Greco donde conoces a Charles Arapé un gran radio difusor venezolano con quien tuviste una linda amistad, ofreciéndote viajar a su país natal para impulsar tu carrera pero tú no querías ni dinero ni fama, querías a tu familia.


La vida sigue y te da la fortuna de ser abuelo, disfrutaste a cada uno de tus nietos verlos crecer y siempre repartiste amor por igual en cada uno de ellos, y nunca voy a olvidar que conmigo en lo personal siempre me apoyaste cuando te comenté que iba a ser padre, esperando un regaño de tu parte por no haber hecho las cosas como hubieras querido, pero mi sorpresa fue un abrazo tuyo y decirme "no te preocupes hijo, yo hablo con tu mamá, las cosas van a estar bien". El poco tiempo que fui padre, me di cuenta de la responsabilidad que conlleva tener a un hermoso ángel y a valorar más todo lo que hiciste por mis hermanos y por mi, pero por algo pasan las cosas, porque esas ilusiones que tuve al imaginarme caminando rumbo a tu casa tomando de la mano a mi hija se desvanecieron, pero estuviste apoyándome en todo momento junto con mi hermana para poder aliviar mi dolor.


Te jubilaste, disfrutaste todo lo que hiciste viajando y cantando pero siempre con tu carácter que era tu sello, sonriendo y disfrutando todo momento. Me contaste muchas historias y me llevaría días escribiendo cada una de ellas, pero tengo siempre presente esos recuerdos cuando iba contigo al sindicato, cuando ibamos los lunes a las oficinas de TELMEX, cuando pasábamos a la ANDA a ver a Chucho López, cuando desde niño ibamos a la Polar y me platicabas que mi abuelo te llevaba a comer ahí mismo y te gustaba sentarte en el mismo lugar para recordarlo, cuando cantaste en la basílica de Guadalupe por más de una hora un 12 de diciembre, cuando hice mi exámen para la preparatoria y me quedé en mi primera opción en el Instituto Politécnico Nacional, cuando ibas a pedir calificaciones y jugabas cartas con los porros, cuando me llevabas a verte cantar, cuando nos poníamos a ensayar, cuando me ibas a visitar y ensayaba con los grupos musicales que formaba y te tomabas el tiempo de escucharnos y darme retroalimentación, cuando salíamos a caminar o a comprar material para hacer un mueble de madera para la sala o un cancel de baño o simplemente entretenernos haciendo mejoras en la casa, y muchísimas cosas que vivimos juntos.


Estas líneas son para que conozcan a mi maestro, amigo y padre, de quien mis hermanos y un servidor estamos orgullosos porque ante cualquier adversidad siempre estuvo apoyándonos en todo momento, siempre se preocupó y buscó lo mejor para nosotros. Quiero que conozcan más a fondo a ese gran hombre que se preocupaba por las personas que lo rodeaban, que daba las cosas sin esperar algo a cambio. Papá! eres un ejemplo a seguir y eso es lo que haré, porque quiero continuar cantando como tú lo hacías, para que el día que sea de nuevo padre, le cuente tus historias a mis hijos, que sepan la magnífica y talentosa persona que fue su abuelo y que escuchen tu voz interpretándo canciones como pelea de gallos, la cigarra, toro relajo, janitzio entre otras.


¡Gracias por todo mi gallo michoacano!.